viernes, 16 de diciembre de 2016

Un llamado a mis compatriotas de uniforme


Apreciados compatriotas de uniforme, cualquiera sea su grado militar:
 Les escribo esta carta en su condición de ciudadanos venezolanos, miembros de una sociedad que atraviesa hoy por una inmensa crisis. No hay dudas de que esta crisis los afecta a cada uno de ustedes en mayor o menor grado. Algunos de ustedes no la habrán sufrido en carne propia, debido a que pertenecen a sectores de la Fuerza Armada que, por su nivel jerárquico u otras razones,  han gozado de beneficios especiales.  Sin embargo, aún quienes puedan estar en esa situación de privilegio, deben conocer bien la crítica situación de la inmensa mayoría de sus compatriotas.
Esta carta no es para los malos venezolanos quienes forman parte de la oligarquía dictatorial que asfixia hoy al pueblo venezolano. Esos no son parte de la solución sino parte del problema.  Esta carta está dirigida a los miles de miembros de la Fuerza Armada quienes comparten el sufrimiento de millones de compatriotas y desearían ver un cambio en la situación actual de la infortunada Venezuela. Muchos de ustedes quisieran hacer lo correcto pero se sienten prisioneros de su condición de militares obedientes a quienes parecerían representar la superioridad.  Sin embargo, quiéranlo o no, todos ustedes están enfrentados, como el resto de sus compatriotas, a una decisión fundamental para el futuro de nuestro país. Deben preguntarse, como lo hacemos nosotros los civiles: ¿seguiré guardando silencio frente a la tragedia venezolana, o adoptaré una actitud proactiva, la cual contribuya a un cambio en la dirigencia inepta y corrupta que ha destruido ya una buena parte de nuestra Nación?  
Hasta ahora el silencio de la Fuerza Armada haría pensar que ustedes todos están de acuerdo con la situación actual del país. Pero sabemos que no es así. En la Fuerza Armada venezolana hay grandes sectores que se oponen a la ruinosa manera de manejar a Venezuela por parte de la oligarquía corrupta que ejerce el poder. La percepción de que todos ustedes están de acuerdo con la dictadura es el tigre de papel que mantiene a este régimen miserable en el poder.
El momento en el cual sectores de la Fuerza Armada se manifiesten en desacuerdo con la manera como el régimen destruye a Venezuela destruiremos ese espejismo de inexpugnable fortaleza armada que posee la dictadura y el país podrá retomar su camino de democracia, libertad y verdadera inclusión social. Hoy en día estamos asistiendo al sufrimiento y muerte de miles de venezolanos, debido a la carencia de lo más elemental para una digna subsistencia. Gente escarbando en la basura para comer, niños desnutridos y abandonados, familias dando sus hijos en adopción a quienes puedan mantenerlos, país sin medicinas, hasta sin moneda con la cual comprar lo más necesario. Un gobierno desacreditado en todo el mundo, una sociedad en desintegración. Cada uno de ustedes debe preguntarse si continuará en silencio frente a esta tragedia.
El silencio ha sido generado, en gran medida, por la creencia de que el soldado debe obedecer órdenes superiores. Pero ustedes y nosotros, los civiles, estamos sujetos a las mismas reglas éticas de carácter universal que deben guiar nuestras decisiones. Una de esas reglas dicta el desconocimiento de órdenes reñidas con la moral que debe prevalecer en nuestras profesiones y en nuestras vidas. Nadie está obligado a obedecer órdenes que violen nuestros principios y valores. Ni el soldado ni el civil deben prestar lealtad acrítica y absoluta a quienes se hayan apartado del servicio a la nación, a fin de promover sus intereses personales y tribales. A ustedes se les está obligando a acatar órdenes destinadas a endiosar sátrapas y a proteger narcotraficantes y ladrones, con el pretexto de la obediencia militar. Nadie está obligado a obedecer una orden que viole la Constitución y las leyes de nuestra nación. Al contrario, obedecer tal orden es violar la Constitución y las leyes de nuestra Nación.
 Como venezolano les pido a ustedes, mis compatriotas de uniforme,  manifestarse activamente en contra del régimen que acogota a la nación, a fin de que Venezuela pueda retomar su camino de país digno, verdaderamente libre y democrático. Manifestarse en contra de la tragedia que  oprime hoy a los venezolanos no constituye un golpe de estado ni una intervención indebida en los asuntos de nuestra Nación. Al contrario, lo que ha constituido hasta ahora el verdadero golpe de estado ha sido el silencio y la pasividad de la Fuerza Armada, como institución, frente a un régimen ilegítimo y corrupto, una actitud que ha creado la percepción de que ustedes todos están apoyando un régimen que ha violado nuestra Constitución y nuestras leyes y que ha destruido al país.  
  No es necesario repetir aquí los artículos de nuestra Constitución que deben guiar su acción. Ustedes los conocen bien.
Les llamo a unirse a quienes, desde el sector civil, tratamos de promover el retorno de Venezuela a las filas de un mundo digno y decoroso., el retorno a la comunidad civilizada de países.
Compatriota,

Gustavo Coronel

1 comentario:

Anónimo dijo...

de lo que pase esta

semana

dependera el resto

de la

historia

de Venezuela.

Es el momento.