domingo, 5 de septiembre de 2010

Que le pasa a la brújula ética de los venezolanos?




El discurso de Jorge Olavarría del 5 de Julio de 1999, en el Congreso Nacional, institución disuelta en un acto de poder abusivo por parte de Hugo Chávez y sus cobardes cómplices del momento, crecerá en importancia con los años. Once años después se ve, con claridad total, su contenido civilista, de buena ciudadanía y se aprecia en su verdadera magnitud el coraje de quien lo pronunció. No solo estuvo lleno de verdades y profecías que se han ido realizando sino que fue dado con dicción impecable y con un envidiable control del orador sobre su actitud personal, llena de mesura y decoro. Es cierto que meses antes Jorge Olavarría había sido uno de los más persuasivos seguidores de Hugo Chávez pero su discurso, al menos para mí, lo redimió totalmente de ese error y constituye uno de los actos de civismo más notables que venezolano alguno haya llevado a cabo contra el déspota de Barinas.
Quienes también hayan leído los comentarios sobre el discurso al dia siguiente se sorprenderán de la cobardia o miopía de muchos de los llamados representantes del pueblo. Aún miembros de COPEI y de Acción Democrática se manifestaron ….en contra del discurso!!! Gente que hoy es decidida opositora a Chávez no respaldaron el discurso de Olavarría en su momento, cuando ya el cúmulo de abusos de poder del déspota era considerable y documentable.
Quien no recuerda la actitud del pigmeo moral Luis Alfonso Dávila durante ese memorable acto en el congreso? En tres ocasiones este personaje rastrero interrumpió al orador para defender lo indefensible. Había sido Dávila el mismo personaje, en su papel como presidente del congreso, que permitió que Chávez hablara de la constitución como “moribunda”, en su juramentación como presidente.
Y la actitud de los militarcitos quienes se retiraron del salón? Sietecueros.
Dávila hoy es un opositor de Chávez y maneja una organización que hasta le ha pedido la renuncia al déspota. Los militares que se ausentaron pueden ser diferentes a los actuales pero ellos y los nuevos han compartido un nivel de sumisión y entrega realmente vergonzoso para nuestro gentilicio.
Que les pasa a esa gente?
Hace poco recibí una lista de casi mil venezolanos quienes, en su momento, manifestaron su complacencia por una visita de Fidel Castro a Venezuela y lo ensalzaron sin rubor como paladín de la política latinoamericana. En esa lista que borré por que me dió verguenza ajena están muchos quienes hoy se oponen, hasta con distinción, a la conchupancia de Chávez con Castro.
Que será lo que nos pasa, que la brújula ética que llevamos para orientarnos en la vida a veces apunta al norte y otras veces al sur? Somos eticamente volubles, aunque la ética no puede ser redefinida a capricho, según las circunstancias.
No seremos ladrones pero admiramos al ladrón que “si lo supo hacer”. No seremos limosneros pero elogiamos por su “sensibilidad social” a quien usa el dinero de la nación para dar limosnas. Callamos ante la injusticia y el abuso de poder porque tememos perder nuestra posición en la sociedad. Dejamos de escribir nuestras experiencias porque “todavía hay mucha gente viva que se puede ofender”.
Escuché, de nuevo, a Jorge Olavarría esta mañana dando su discurso del 5 de Julio de 1999. Ese momento fue, como diría Churchill de los londinenses, su “finest hour”, su hora más ilustre en una carrera que llegó en muchos momentos a ser notable. La importancia de ese discurso como instrumento de redención del coraje y calidad intelectual de los venezolanos crecerá como la espuma a medida que pasa el tiempo y se empequeñece la calidad moral del dépota, a medida que hasta los más lerdos y caraduras llegan a ver a Hugo Chávez como es, como siempre ha sido.

1 comentario:

EMILIO dijo...

LO LAMENTABLE ES QUE LA ETICA DE MUCHOS VA ACORDE A SUS INTERESES, POR ESO ESTAMOS DONDE ESTAMOS